![]() |
"Para mi chati con todo el cariño de este que te quiere de todo corazón y no te olvidará jamás en la vida." Albino García Sama de Langreo, a 29 de Marzo de 1955 |
Cuando nos dieron el alta, el día 3 de Junio de 2016, en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza (H.G.D.Z.), antiguo Hospital Militar, no podíamos saber cuanto tiempo transcurriría hasta el desenlace final inevitable. Éramos conocedores de la gravedad de tu enfermedad y de las malas perspectivas que nos habían dibujado los Doctores Sancho y Silva, Digestivos ambos, pero poco podíamos imaginar que tan solo una semana después, en la madrugada del sábado 11 de Junio, nos dejarías "huérfanos" a mis hermanos y a mi. Habían pasado tres semanas escasas desde que tuviste aquella primera crisis en casa de la Tata. De aquella primera impresión de sintomatología depresiva, fruto de las numerosas muertes que nos habían rodeado recientemente, habíamos pasado a un Cáncer de Páncreas, con metástasis en el Hígado y en los Pulmones. De aquella primera "charla" con el Doctor Silva, en la que él pensaba que no tenías nada achacable a su Especialidad, al "llévese a su padre a su casa para que muera tranquilo y rodeado de los suyos", del Doctor Sancho, habían pasado menos de quince días. En medio, una reveladora gastroscopia, una demoledora ecografía de Páncreas y un contundente TAC. En tres semanas, te has ido.
Vaya, desde aquí, mi agradecimiento más sincero para todos los Profesionales, sin excepción, del H.G.D.Z. que nos arroparon con gran dulzura, nos trataron con una enorme amabilidad y nos atendieron con una increíble profesionalidad, cualidades todas que quiero destacar en este humilde blog.
No se me ha ido un amigo. Nunca fuiste un amigo para mí. Eras mi Padre y siempre me he sentido muy orgulloso de ser tu hijo. Y así lo he manifestado, públicamente, cada vez que he tenido oportunidad de hacerlo. Te has ido cuando más unidos estábamos. Compartíamos secretos que no he desvelado ni a mis mejores amigos. Recuerdo que cuando estuviste ingresado en el Hospital de Alcañiz esta Navidad, esta pasada Navidad de 2015, discutíamos porque no querías que bajara al Hospital para despedirme de ti, antes de volver a mi Mérida, tan solo para que no hiciera ochenta kilómetros más. Ochenta míseros kilómetros más. Me rogabas que me fuera desde Andorra, sí, la de Teruel, a lo que te contesté que si todavía no te habías dado cuenta, que a mis cincuenta años, siempre había hecho lo que había querido y que pocas, por no decir ninguna vez, te había hecho caso en mi vida. Dirigiéndome esa mirada que solo los Cañada sois capaces de reproducir, con la maestría que os caracteriza, me espetaste un "mejor te hubiera ido en tu vida, si me lo hubieras hecho" a lo que no pude, ni supe, responderte absolutamente nada. ¡Cómo no!. Tu cordura, una vez más, derrotaba a mi corazón desbocado. Tu sensatez, nuevamente, vencía a mi locura. Tu moderación, como siempre, aplacaba a mi arrojo. Tu y yo sabíamos, también, que a la mañana siguiente me despediría de ti en el mismísimo Hospital. Faltaría más.
No sé si donde estás podrás leer esta pequeña publicación a modo de homenaje. No sé si podrás pedirle a alguien que te la imprima, como hacías hasta ahora con mis escritos, para luego guardarlos en tu carpeta negra, esa en la que preservabas tu documentación más preciada. Descubrirlos allí, ordenados por su fecha de publicación, fue uno de los momentos más emotivos de cuantos he vivido desde que te fuiste. Seguías mis publicaciones con el mismo silencio, con la misma cautela, con la misma cordura con la que viviste. Te has ido, Papa, sin hacer "ruido", como viviste toda tu vida.
Descansa en Paz.
P.D.: Se me olvidaba comentarte. Aunque, por un motivo u otro, ninguna de las nueras que fui capaz de darte en vida, asistieron a tu funeral, como tanto te hubiera gustado, ya que en varias ocasiones así lo habías manifestado socarronamente, quiero que sepas, porque de bien nacido es ser agradecido, que algunas de ellas han llorado sentidamente tu muerte. Y eso si que dice mucho sobre tu forma de ser.
Se te ha ido tu padre fisicamente, pero está claro que siempre permanecerá a tu lado. Y seguro que echas de menos esas llamadas al final del dia donde comentabais todo lo importante que habia pasado a modo de diario. Descanse en Paz. Y nos queda pasar una noche en Proserpina, que tanto le gustó, en honor suyo.
ResponderEliminarLeerá tu homenaje. Y sabrá que su paso por este mundo no ha sido en vano. Mucho ánimo, amigo.
ResponderEliminarD.E.P...
ResponderEliminarAmigo Albino, no conocí a tu padre, pero de lo que transmites de él y lo que tú transmites a tus amigos me hace pensar que era alguien a quien esta frase le viene como anillo al dedo:"Vive de modo tal que, cuando tus hijos piensen en la justicia y en la integridad, piensen en ti. J. Brown.
ResponderEliminarQue en paz descanse
Lo siento mucho, Albino. Mucho ánimo y un fuerte abrazo, Pilar Adrio
ResponderEliminar