Que el centro es el punto medio entre dos extremos, parece que no es algo tan asumible. Todo dependerá, como casi siempre, de los puntos extremos y de su peculiar forma de ver las cosas. ¡ Como la vida misma, vaya !.
Lo primero, reconocer, que existe un punto medio, el centro, y que se quiere, por los dos extremos, que permanezca en el medio.
Lo segundo, respetar, que la distancia que te separa con el centro no puede disminuir, sin que se incremente más en el otro extremo.
Lo tercero, asumir, que si los dos extremos tiran del centro hacia sí al mismo tiempo, la cuerda virtual que une a los tres, seguramente se romperá. Y entonces el centro ya no será tal, ni los extremos cual.
Lo cuarto, y último, comprender, que el centro soy yo y que los extremos, sois vosotros dos.